jueves, 14 de julio de 2011

Andadores o tacatás ¿si o no?

¡Buenos y felices días¡

Hoy, por fin, después de una semana de frenético trabajo, tengo un ratito para publicar en el Blog, es lo que tiene ser madre trabajadora ¡no tenemos tiempo¡  y sobre todo, cuando llego a casa, no quiero quitarles tiempo a mis niños.

Hoy os quiero hablar de los andadores o tacatás. Antes de ayer, sacamos del trastero uno de los tacatás de mis mellizos , para que lo use Violeta, la hija de una amiga nuestra. Violeta tiene nueve meses, es preciosa y muchas ganas de estar de pie jeje, así que, le hemos pasado uno ¡si vieseis que carita puso cuando Amanda la sentó¡ ¡Que felicidad¡ pa comersela. Como dice su madre, “es mas dulce que un frigopié” jeje.

El tema del tacatá genera muchas polémicas, en las cuales por supuesto he participado frenéticamente (no callo ni debajo del agua), que si tacatá si, que si tacatá no, que si me pediatra dice… Mis hijos usaron tacatá y que quieres que te diga, para mi fue genial y de gran ayuda.


Yo creo que todo, con moderación, puede ser positivo ¿alguien puede señalar por la calle a los niños que han usado tacatá? Y luego esta el rollo de “es que tuerce las piernas”, hombre, si los tienes todo el día, puede ser, pero un rato les viene genial, se lo pasan pipa y yo no veo que tengan las piernas torcidas, además tiene el añadido de que con ellos los bebes nos pueden seguir, con lo cual yo hacía las cosas de casa tan feliz y con ellos a mi alrededor felices de la vida.

Respecto a que tardan mas en andar, en mi caso, no fue así. María con 11 meses ya intentaba andar sola en cuanto se veía de pie y suelta ¡se pegaba unas piñas¡ porque claro, no tenía equilibrio, pero valentía para lanzarse no le faltaba, comenzó a andar con 12 meses. Alejandro tardó mas en andar, el es mas cauto que María, así que mi bomboncito tardó mas en lanzarse, pero dentro de lo que normalmente tarda un niño en andar, y por supuesto, cuando se decidió,  andaba con mas seguridad que mi pequeña pizpireta.

Yo al principio era de las que no quería tacatá, pero mi suegra me decía “nena a estos niños les vendría genial, se lo pasaría muy bien” renegué hasta que un día le pregunté a mi pediatra que opinaba y me dijo “con moderación me parece genial, verás como les gusta”.

Cansados de estar todo el día en el suelo, trona, cunas,  hamaquitas o brazos, el día que los senté por primera vez en el tacatá pusieron la misma cara que Violeta  ¡alucinaditos vivos¡ ¡les encantó¡



Así que si os sirve de consejo, ahí ha quedado eso.

Anécdotas:

Antes de anoche, María se vino a mi cama, le dije “ cariño que grande te estas haciendo ¡no paras de crecer¡” me miró atentamente y respondió “Mama ¿me paro?” jajaja

Ayer tarde, Alex cogió la guía telefónica y la miraba atentamente pasando las hojas con suavidad, como es el, cuidadoso. Le pregunte “Alex ¿que haces?” me miro y me dijo “¡hombre Mama¡ estudiando las letras” alucinadita me dejo, a ver si en el futuro le gustan las letras tanto como ahora ¡Socorro se me hacen mayores¡



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